CURSO EDUCADORES SEXUALES

Docente: Psic. Andrés Caro Berta

FASES DE LA EVOLUCIÓN PSICOSEXUAL INFANTIL

LIBIDO – Es una expresión latina que significa DESEO, INCLINACIÓN, AFECTO, TENDENCIA, PASIÓN. Es la energía sexual que  mueve nuestros actos. 

 

FASE ORAL 

Fase viene del latín Phasis, aparición de una estrella, de PHAINO, yo aparezco, que fue utilizado inicialmente sólo para las fases de la luna. 

Se usa el término en Psicoanálisis para hablar de las distintas fases de la evolución libidinal de la organización sexual bajo la primacía de cada una de las zonas erógenas, y por el predominio del modo de relación con el objeto. ¿Qué quiere decir esto? Que en un solo individuo se dan (como en las fases de la luna) distintas instancias pero siempre es el mismo ser, y ello ocurre a través de los descubrimientos que él va haciendo sobre sí mismo. 

La primera satisfacción del ser humano es obtener placer por la excitación de la mucosa buco labial (primera zona erógena) por contacto con el pecho materno (objeto), mediante la succión en el chupeteo (actividad) con el fin de incorporar “alimento – amor” (fin) 

Melanie Klein, psicoanalista de la llamada “Escuela de Londres”  aportó su concepción de lo que ocurre en esa primera etapa de nuestra vida. 

Hay dos momentos. El prevalente, donde se busca la succión placentera (incorporación benéfica) El bebé se satisface con la ingestión de alimento y el cariño que encierra dicho acto. (Cuando ello no ocurre se generan traumas que luego incidirán en la vida de la persona) 

En este momento prima la posición esquizoparanoide (esquizo porque está dividido el niño, paranoide porque tiene fantasías confabulatorias de lo que le pueden estar haciendo, debido a su poco poder de captación de lo que ocurre a su alrededor) hasta los 3, 4 meses. 

Le sigue el momento ambivalente, u oral sádico, con la aparición de los dientes, y la búsqueda de la destrucción del objeto de amor, el pecho materno.  

En la medida que el objeto parcial le de satisfacción es “pecho bueno”

En la medida que se la niega, “pecho malo” 

Entonces, en el momento ambivalente se establece el deseo de retener el pecho para sí, fagocitándolo y ante la imposibilidad de manejarlo a su antojo, el deseo de destruirlo. 

Esto ocurre a partir del 4º mes, donde se da una posición depresiva. Depresiva porque comienza a aceptar lo que no quiere, que ese pecho, (objeto parcial) que se va transformando en un objeto total (madre) no le pertenece, y que es compartido por otros, entre ellos el padre. 

A esa altura, hay una mejor percepción del mundo, y fantasías más elaboradas. 

Esto genera en el niño que crezca el conflicto entre amor – odio.  

En este proceso, el aporte de otro psicoanalista de la Escuela de Londres, D. W. Winnicott es el concepto de creatividad. Él plantea de que en ese tránsito de separación entre el pecho y el niño, aparece un vacío que él denomina “Tercera zona” (Primera zona, la boca; segunda zona, el pecho materno)

Ante la angustia de no tener el pezón en su boca, el bebé debe “inventar” algo que lo sustituya y rebaje su angustia. Entonces busca los llamados “objetos transicionales”, es decir los sustitutos del pecho que no posee. Estos pueden ser el chupeteo del dedo, el propio chupete puesto por los padres, la punta de la frazada, entre otros. 

En este tiempo de vida ocurren otros hechos que son perjudiciales para el normal desarrollo del niño.

Entre ellos podemos señalar la llamada ESCENA PRIMARIA, un concepto manejado por Freud que curiosamente ha tenido poca o nula escritura psicoanalítica. 

La misma consiste en la captación por alguno de los sentidos, por el niño, de las relaciones sexuales de sus adultos.

Desde el mantener en la cuna, o en el dormitorio de los padres al niño más allá del tiempo correcto y practicar la sexualidad en su presencia, aduciendo que lo hacen cuando está dormido y por tanto no escucha ni siente nada, a realizarlo con el niño fuera del cuarto de los padres, pero dejando puertas abiertas o utilizando expresiones fuertes en volumen, el o los hijos, captan estímulos que no comprenden. Lo grave está justamente que con lo que percibe parcialmente se le genera una intriga que busca solucionar, fantaseando sobre lo que está ocurriendo, y como siempre ocurre, rellena mal, y persecutoriamente.  

Se supera esta etapa cuando el objeto es introyectado en forma estable y aseguradora. Es decir, cuando se acepta que la ilusión de conformar un solo cuerpo entre él y el pecho no puede sostenerse, y aparece la desilusión de que por el contrario, ese pecho ahora visto como algo más amplio, (madre) no le pertenece en exclusividad. 

Según sea nuestro paso por esta etapa oral, actuaremos en consecuencia posteriormente.  

FASE ANAL 

Esta etapa que viene cronológicamente  a continuación de la fase oral, se inicia cuando el niño comienza a descubrir que su objeto amado (la madre, objeto total, que anteriormente había sido el pecho, objeto parcial) puede llegar a ser “destruido” por él, debido a la aparición de los dientes y su conflicto interno entre amor y odio hacia ella, que no le satisface cuando y cuánto él quiere. 

Así, comienza una atención hacia la mucosa anal. 

La fase anal es extremadamente trascendente por muchos motivos, entre ellos, el niño comienza a descubrir sus heces. Primero de forma expulsiva, es decir tomando conciencia de su acto de sacar de su cuerpo las heces, a las que les da un valor muy importante. 

Eso muchas veces es mal entendido por los mayores que ven en la caca, sólo lo que es, el deshecho del cuerpo humano, pero que sin reparar en la importancia que en niño le da,  en cambio de actuar con sutilezas lo asocian inmediatamente con basura, y de esa forma se lo indican al niño.  

Pero además, esta época es de un gran impacto emocional porque el niño pasa de un estado de dependencia total a comenzar a gatear y posteriormente a pararse en sus propios pies, lo que le cambia la perspectiva del mundo. 

Volviendo a sus heces, el niño pasa por dos sub fases. La primera es la expulsiva, donde se detiene en la observación y manipulación de lo que sale de su cuerpo. Posteriormente, cuando comienza a controlar sus esfínteres, aparece la sub fase anal sádica donde especula, ante sus mayores con la retención de su materia fecal.  

Así se torna según sus intereses en expulsivo o retentivo, independiente de lo que desean sus padres. 

Cuando adulto uno puede tener conductas que remitan a esa etapa. Por ejemplo, con los afectos seremos en líneas generales, predominantemente expulsivos o retentivos. Y en lo cotidiano algunas conductas  pueden asociarse a esta fase anal.

Por ejemplo, el carácter obsesivo, el orden, el trabajar o no manualmente con elementos creativos. También nuestra relación con el dinero tiene que ver con esta etapa y como decía anteriormente, la relación que tengamos con nuestros afectos. 

En esta etapa aparecen los impulsos de ver y saber. 

FASE FÁLICA 

Una vez que el niño deserotiza la zona anal, su interés pasa a la zona genital, con una característica. Tanto para el niño como para la niña la atención se centra en el aparato genital masculino, dado que culturalmente lo que es visible, lo que sobresale tiene más valor que lo que no se observa.

En realidad, más que el pene lo que se valora en esta etapa es el falo. (Se le llama Primacía del Falo)

Desde la prehistoria el falo ha sido un símbolo de poder. 

La niña ingresa a esta etapa con la idea de haber nacido fallada, responsabilizando a su madre de dicha situación.

Ese es el camino hacia el Edipo. 

En la fase fálica, aparece el llamado Narcisismo Primario que tiene que ver con una gran atención a sí mismo, a su cuerpo. Pero además, también surgen preguntas existenciales como la noción de la muerte, la búsqueda de explicación de cómo se nace y la diferencia anatómica entre los sexos.

 

EDIPO 

Las palabras usualmente, luego de un tiempo de usadas devienen, en sus significados, en contenidos distintos a los originales.

COMPLEJO por ejemplo, es el conjunto organizado de representaciones de intenso valor afectivo, total o parcialmente inconscientes que se forma a partir de relaciones interpersonales de la historia infantil, designando la forma en que la persona se encuentra y se apropia de ellas.

Es decir, complejo es el conjunto de muchas cosas que nos ocurren derivadas de nuestra historia personal cuando chicos, y la forma en que nos haya ido en ella.  

Freud hizo un paralelismo entre la leyenda del Rey Edipo y nuestras vidas, señalando que en el final de la fase fálica, se entra en el Edipo. 

La niña entra al Edipo a través de sentirse fallada por no tener pene. (Complejo de Castración) De esa forma busca en su padre, en su fantasía, lo que le falta intentando apropiarse del mismo. ¿Cómo? Teniendo un hijo.

Cronológicamente sale del Edipo cuando toma conciencia de que ello no será posible. 

El niño, mientras tanto, entra al Edipo buscando destronar al jefe de familia, apropiándose del objeto amado de ambos, la madre, y sale del Edipo cuando se da cuenta que su padre puede castrarlo. (Complejo de Castración) 

De esa forma, ambos, aproximadamente a los 5 – 6 años dejan sus ideas de apropiarse del padre – generalmente- de sexo opuesto. 

Lo que hereda el niño, al salir de esta etapa del desarrollo psicosexual es el Super Yo. Lo que hasta ese momento era una censura externa hacia sus actos, ahora él la incorpora como propia, y ya dentro suyo, se instala como una autocensura que le marca lo que está bien o está mal.

En ese proceso, el niño censura todo lo vivido en años anteriores, cargado de muchísima pasión, en una relación triangular (madre, padre, hijo o hijos) llena de amor- odio, por lo que cuesta mucho recordar acontecimientos tempranos de nuestra vida.

 

LA HISTORIA DE EDIPO 

La historia contada por Sófocles es bien conocida. (En otro trabajo: “Edipo: mito, drama,  complejo” (12) brindo un resumen de la misma)

Aquí agregaremos elementos distintos  a los incluidos en la pieza teatral.

Hay autores que sostienen que  el motivo del amor homosexual por el raptado Crísipo, se debió a que Layo, ante el temor de que su  mujer quedara embarazada, evitaba tener vínculos sexuales con ella.

Pero, parece ser que una noche, Yocasta lo emborrachó y lo llevó al lecho matrimonial. Cuando el rey tuvo noticia de un futuro hijo suyo, recordando la ira de los dioses hacia su persona, decidió hacer desaparece al niño, no bien hubiera nacido. Cuando eso ocurre,  en acuerdo con su esposa, lo toma de los tobillos y lo cuelga como si se tratara de un animal de presa (Edipo significa “pies hinchados”, o “tumefactos”) y se lo entrega a un guardia para que lo lleve hasta el Monte Citerón y lo deje ahí. Este se apiada del niño y se lo da a un pastor, el que finalmente se lo deja a Polibo y Peribea (o Mélope), reyes de Corinto. (1)

LA HISTORIA SEGÚN SÓFOCLES 

La historia narrada por Sófocles, cronológicamente puede decirse que se inicia cuando Layo, Rey de Tebas y su esposa Yocasta, reciben la prohibición de los dioses, debido a sus desarreglos morales, de tener descendencia. Si fuera desoída esa advertencia, el hijo nacido de ese matrimonio se encargaría de matar al padre, para luego casarse con la reina, su madre.

A pesar de la prohibición, Layo y Yocasta tienen un hijo. Pero no bien nacido, el padre aterrado, horada los tobillos del niño para que pueda ser llevado como animal de caza, y junto a su esposa entrega a ese niño a un servidor para que sea abandonado a merced de las fieras, en el monte Citerón. Pero este hombre se apiada y da el recién nacido a un pastor de Corinto, quien a su vez lo lleva a Polibio, rey del lugar, el que junto a su esposa Mérope, lo cría como hijo suyo. Es él quien le pone el nombre Edipo, que en griego significa “pies hinchados”, aludiendo a los tobillos horadados.

Ya adulto escucha decir que él no es hijo de Polibio y Mérope, como creía, por lo que acude al Templo de Apolo, en Delfos, para conocer la verdad. Luego de mucho insistir siente que el dios le cuenta la advertencia que pesa sobre su persona, pero no aclara su nacimiento. Creyendo ser hijo legítimo del matrimonio que lo crió, huye de su casa para no cometer los crímenes anunciados. Así se dirige a Tebas.

En Fócida, en la confluencia del camino de Delfos con el de Daulia se cruza con Layo y su séquito, quienes lo empujan violentamente para poder pasar. Edipo, que se caracteriza por su carácter colérico, se traba en lucha con ellos y mata a todos, excepto a uno que huye y que luego se convertirá en pieza fundamental para conocer la verdad. Con tal hecho se cumple la primera parte de la profecía: Edipo sin saberlo comete parricidio.

Una vez llegado a Tebas encuentra con que la Esfinge está asolando la ciudad, matando a cuantos no pueden resolver el enigma que les propone y que es el siguiente: “¿Cuál es el animal que por la mañana camina en cuatro patas, por la tarde en dos, y por la noche en tres?”

Edipo responde que es el hombre. Cuando niño anda a gatas; cuando es adulto camina sobre sus piernas, y cuando llega a anciano se apoya en su bastón.

Así triunfa sobre la Esfinge, monstruo que se suicida, liberando a Tebas.

Posteriormente (está establecido por Ley que, ante la muerte de Layo, quien derrotara a la Esfinge sería designado monarca, debiendo aceptar por mujer a la reina), es proclamado Rey casándose con la viuda Yocasta, la que es entregada por el padre de esta, es decir el abuelo de Edipo.

De dicho matrimonio nacerán dos hijos (Eteocles y Polínices) y dos hijas (Antígona e Ismena). Así queda cumplido el oráculo.

Pero nuevamente aparece la peste en Tebas, y es porque no se encuentra al asesino de Layo.

Edipo pide encontrarlo, pero resulta siendo inculpado él mismo. Ante la evidencia, Yocasta trata de calmar a su hijo y esposo, y padre de sus hijos diciéndole cosas como “Qué puede temer el hombre cuando el destino conduce todas las cosas humanas y toda previsión es incierta? Lo mejor es vivir al azar, si se puede. No temas que te unas a tu madre, porque en sus sueños, muchos hombres han soñado que se unían a su madre; pero el que sabe que esos sueños no significan nada, lleva una vida tranquila”, hasta que la verdad se impone y ella se mata. Edipo se clava los ojos “para no ver”, como hace el neurótico, según Freud.

Luego, Edipo sufrirá exilio, y según Sófocles morirá en Colono, al lado de sus hijas Antígona e Ismene, mientras luchan por el poder de Tebas, sus otros dos hijos, Eteocles y Polínices.

  

PERÍODO DE LATENCIA

Luego del Edipo llega la calma en relación a su sexualidad. Se dice justamente que es un período y no una fase porque no contribuye en nada en relación al desarrollo psicosexual, si bien existen manifestaciones sexuales.

Predomina la ternura sobre los deseos sexuales.

Aparecen por ejemplo, el pudor, la repugnancia (o asco) y los conceptos morales.

La libido va hacia otros fines sociales con el surgimiento de la sublimación.

PUBERTAD, ADOLESCENCIA

Luego de este período de latencia, se repiten en menor tiempo, hasta los quince años aproximadamente las mismas fases y en el mismo orden, que se dieron durante los primeros cinco años de vida. Con características relativamente distintas y que van preparando al adolescente para culminar su desarrollo psicosexual.

En la fase oral adolescente predominan los deseos y las conductas orales; en la anal, se tornará conflictuado con el orden y el aseo, será expulsivo y luego retentivo, se tornará coleccionista de posters, discos, etc., en la fase fálica habrá una atención minuciosa hacia su cuerpo, incluso se pueden dar relaciones homosexuales, por encontrarse más afines con personas semejantes del mismo sexo y luego, en el Edipo, sus objetos de amor pasarán de ser sus padres a personas idolatradas como profesores, cantantes, actrices o actores.

FASE GENITAL

De esta forma, se llega  (cronológicamente) al final del desarrollo psicosexual. Se supone que el individuo se encuentra apto para sostener una relación afectiva madura, aunque nuestra historia nos va a condicionar en cuanto a lo que nos haya sucedido desde nuestro nacimiento.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

 

Sigmund Freud – OBRA COMPLETA. En especial, para iniciarse LECCIONES INTRODUCTORIAS AL PSICOANÁLISIS  (1917) Tomo VI Biblioteca Nueva. Madrid. Pág. 2123.

Sigmund Freud – NUEVAS LECCIONES INTRODUCTORIAS AL PSICOANÁLISIS (1932) Tomo VIII. Biblioteca Nueva. Madrid. Pág. 3101. 

Anna Freud – INTRODUCCIÓN AL PSICOANÁLISIS PARA EDUCADORES. Editorial Paidós. Buenos Aires. 

D.W.Winnicott- REALIDAD Y JUEGO. Editorial Gedisa. Barcelona. 

León Grimberg – CULPA Y DEPRESIÓN. Estudio psicoanalítico. Editorial Paidós. Buenos Aires. 

Gladis Tato- CUANDO EL CUERPO HABLA. Enfoque psicoanalítico del enfermar. Editorial Trilce. Montevideo 

Antoine Porot- Diccionario de Psiquiatría. Editorial Labor. Barcelona. 

Henry Ey- TRATADO DE PSIQUIATRÍA. Toray – Masson. Barcelona. 

Andrés Caro Berta- REVISTA URUGUAYA DE SEXOLOGÍA. Número Especial. 20- 23 de setiembre de 1989 – Relaciones. Diciembre 1992 nº 103 - APROXIMACIÓN A LA ESCENA PRIMARIA 

Andrés Caro Berta- Relaciones. Octubre 1994. nº  125. Patologías con nombre propio. 

Andrés Caro Berta. PADRES E HIJOS. Suplemento Diario El País. Julio 2006 nº 25 PADRES DE HOY 

Andrés Caro Berta - SUS On Line – Año 2 nº 3 Junio 2006 – BLOQUEOS AL POTENCIAL CREATIVO EN LOS PRIMEROS AÑOS DE VIDA. Pág. 13

 Andrés Caro Berta- SUS On Line- nº1 Diciembre 2004 – Sacher – Masoch y el Masoquismo Pág. 7  

Andrés Caro Berta- SUS On Line nº 4 – Agosto 2005 – Erotismo y Pornografía. ¿Cuál es el límite? P.30 

Andrés Caro Berta- PADRES E HIJOS. Suplemento Diario El País. Agosto 2006 nº 26 YA NO ESTAMOS SOLOS. Pág. 26 

Andrés Caro Berta -“CULPA: ORÍGENES”. Relaciones. Nº 119. Abril 1994. 

Andrés Caro Berta- “EDIPO, DRAMA Y COMPLEJO”. Relaciones. Nº. 145. Junio 1996.  pags. 8-10.  

www.andrescaroberta.com / psicología – Allí se pueden encontrar varios de los textos mencionados. 

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